Por: Pedro Rondón Navas
Cuando comprendes el “cómo” (la forma en la cual estás viviendo tu sexualidad), entenderás “el por qué” de los resultados a los que te lleva lo que estás haciendo. En otras palabras, si eres capaz de identificar la forma en la cual te comportas sexualmente en tu relación de pareja y percibes que los resultados no son realmente de tu agrado, podrás entender que urge iniciar acciones de cambio que te permitan mejorar o eliminar tu insatisfacción por esa mala vida sexual que estás llevando.
La rutina sexual cansa, agota, merma la actividad sexual y distancia a las parejas. La vida cotidiana nos distrae de estos temas porque no son básicos para sobrevivir, como sí sucede con la alimentación, el sueño, la sed, y vamos postergando decisiones para cuando estemos menos estresados o cansados. Pero esto no sucede y de repente un día nos damos cuenta de que hace un mes o dos que no tenemos relaciones sexuales con nuestra pareja. Allí es donde se enciende la alarma y nos preguntamos: “¿qué nos pasó…si nos amamos tanto, cómo fue que llegamos a esto?”
Lamentablemente nadie nos enseñó cuáles son las formas de disfrute sexual para mantener una relación de pareja satisfactoria.
Para no llegar a estos extremos tenemos una opción: el coaching sexual, que no es otra cosa que una metodología que permite a las personas, solas o en pareja, comprender su naturaleza como seres sexuales, autoconocerse y decidir qué es lo que quieren lograr, para poder disfrutar plenamente de su sexualidad.
Esta ayuda para renovar la vida sexual debe ser dirigida a corregir mitos sexuales y alcanzar metas bajo expectativas realistas. Hay toda una filosofía detrás de esta técnica, la cual puede ayudarte a comprender tu sexualidad e informarte de cómo y cuáles son las opciones de respuesta sexual que te pueden llegar a hacer sentir cómod@ contigo mism@ y con tu pareja. El coach te ayuda a conocerte a tí mism@, te apoya para que puedas identificar cuáles son tus carencias y errores, te brinda información experta de los comportamientos y respuestas sexuales y a partir de allí te permite trazar metas, orientadas siempre a una vida sexual sana y placentera, sin culpas, sin remordimientos ni temores.
La sexualidad no tiene por qué padecerse, debe disfrutarse. Lamentablemente nadie nos enseñó cuáles son las formas de disfrute sexual para mantener una relación de pareja satisfactoria. Ahora que existe más apertura hacia la sexualidad, tenemos la figura del coach, que no es alguien que participa activamente en tu relación de pareja ni es invasivo, sino que es apoyo y guía con experticia en temas de sexualidad, que sirve de gran ayuda para poder salir de esa mala vida sexual.
Pedro Rondón Navas
Psicólogo- Sexólogo
Sexólogo de la Corporación Skinner
www.sexologicas.com
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